Yo reconozco que no
soy un tipo que viva la vida al extremo, más bien todo lo contrario, pero en mi
vida apareció un desafío, un gran desafío, el más grande de todos, eso que le
dicen amor. Y porque hablar de desafío, porque ella es un desafío, un hermoso desafío,
cada día desde que la conozco, desde que me enamore.
Resumiendo mi vida,
podemos decir que es la de un clásico tipo que no compromete en profundidad
para no perder la comodidad, no muy adepto a realizar cosas que requieran de
grandes esfuerzos, donde justamente no este cómodo.
Ella, todo lo
contrario, su vida se basa en el esfuerzo de cada día, en pelearla hasta el
cansancio para sobrevivir y tener cada día un poquito más, la mujer más pura y
sincera que conocí en mi vida, pero de su encanto natural lo dejo para otra ocasión.
Hoy lo que quiero es contar como cambio mi visión de la vida.
Muchos pueden decir
que yo soy un inmaduro y ella es una persona adulta y muy madura, a esos les
digo lo siguiente, tienen razón.
Aquí probablemente es
donde aparece mi desafío. ¿Cómo compatibilizar dos formas de vida tan
distintas?. La respuesta es simple pero la puesta en práctica es lo realmente
complicado.
Ella me hizo entender
un montón de cosas, me hizo descubrir que mi vida la vivo de una forma muy
equivocada, me mostro el camino correcto, me explico sin darse cuenta de que se
trata esto de estar pisando tierra, ósea me bajo de un piedrazo de las nubes,
me trajo a la realidad. Y si, vivir embobado en sueños y despertar de un golpe
duele mucho, pero mucho más doloroso es por fin haber visto por donde hay que
caminar y no saber caminar.
A esto me refiero
cuando hablo de lo difícil que es poner en práctica la solución. ¿Cómo poner en
movimiento una máquina que nunca funciono?, bueno en eso estoy, no hay avances
por ahora, más bien es un golpe tras otro, error tras error, pero ahí voy
aceitando los engranajes oxidados, ojala hubiera un manual de instrucciones, de
existir debería llamarse así, “cómo aprender a caminar el camino de la vida y derivados”,
pero si existiera rompería el verdadero sentido de la vida, haría que esto
fuera muy fácil, además la vida tiene tantas vueltas que sería imposible
organizarla en un librito.
Pude llegar a la línea
de largada gracias a ella, y hoy ya no solo por ella sino principalmente por mi
voy a empezar a aprender a caminar, y las piedras que se me van a cruzar en el
camino no quiero que me las corran, porque para finalmente salir de este
letargo tan “cómodo” debo golpearme una y otra vez.
Omar Criador.
(no son las palabras mas bonitas, ni
las mas románticas,
pero si las que guardan mas ganas y
esperanzas)